El equipo de México, dirigido por Jaime Lozano, continúa enfrentando dificultades en su preparación, tras caer 2-3 ante Brasil en un partido amistoso disputado en el estadio Kyle Field de Texas. Esta derrota se suma a la reciente goleada 4-0 sufrida ante Uruguay, dejando serias dudas sobre el desempeño del equipo en competencias internacionales.
El partido comenzó de manera desfavorable para México, con un gol tempranero de Pereira en el minuto 5, que puso a Brasil adelante en el marcador. La defensa mexicana mostró vulnerabilidades desde el inicio, permitiendo que los suplentes brasileños tomaran la delantera rápidamente.
A lo largo del primer tiempo, Brasil mantuvo el control del balón y generó varias oportunidades de gol, aunque no logró ampliar la ventaja antes del descanso. México, por su parte, tuvo dificultades para establecer su juego y crear oportunidades claras de gol.
México mostró señales de vida en el minuto 73, cuando Julián Quiñones anotó para reducir la diferencia a 2-1. Este gol inyectó energía al equipo y a los aficionados, quienes esperaban un posible empate. La esperanza se renovó cuando Guillermo Martínez empató el partido en el minuto 90+2, llevando la emoción al máximo en los últimos momentos del encuentro.
Sin embargo, la alegría mexicana fue efímera. En tiempo de compensación, Felipe anotó el gol decisivo para Brasil en el minuto 90+6, sellando una victoria dramática y dolorosa para México. Este gol desinfló las esperanzas de un empate y subrayó las deficiencias defensivas del equipo mexicano.
Esta derrota, especialmente ante un Brasil que alineó con jugadores suplentes, es un llamado de atención para el equipo dirigido por Jaime Lozano.