El sueño de convertirse en futbolista profesional es compartido por muchos niños alrededor del mundo. Para Jordan Carrillo, ese sueño se convirtió en realidad gracias a su participación en la Copa Santos Peñoles, un torneo infantil que cambió el rumbo de su vida.
Carrillo recuerda sus inicios a los 14 años, cuando recibió una invitación para jugar en la Copa Santos Peñoles. Este torneo no solo le brindó la oportunidad de mostrar su talento, sino que también le abrió las puertas para ingresar a las fuerzas básicas del equipo. Desde entonces, su carrera fue en ascenso, pasando por las categorías Sub-17 y Sub-20 hasta finalmente llegar al primer equipo.
El punto culminante llegó cuando tuvo la oportunidad de ir a Europa con el Sporting de Gijón, un logro que refleja el impacto que un torneo infantil puede tener en la vida de un joven jugador.
Sin embargo, detrás de cada logro hay un equipo de apoyo fundamental, y para Carrillo, su familia fue su mayor impulsor. A pesar de las dificultades y de dejar atrás a sus seres queridos, el apoyo incondicional de su familia fue crucial para su éxito.
Curiosamente, el nombre de Jordan Carrillo tiene una historia propia. Su padre, admirador de la NBA y fanático de Michael Jordan, decidió nombrarlo en honor al legendario jugador de los Chicago Bulls. Este gesto no solo le dio un nombre, sino también una inspiración constante para perseguir sus sueños en el mundo del fútbol.
En resumen, la historia de Jordan Carrillo es un testimonio del poder transformador del deporte y cómo un simple torneo infantil puede ser el trampolín hacia una carrera profesional. Su determinación, apoyada por el amor de su familia y la inspiración de un ícono deportivo, lo ha llevado a alcanzar grandes logros en el mundo del fútbol.
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